Las bebidas azucaradas se relacionan con el aumento de insuficiencia cardiaca en hombres

shutterstock_141952591Un estudio sueco ha descubierto que los hombre que consumen más de 400 ml de bebidas azucaradas al día tienen un aumento del 23% del riesgo de padecer una enfermedad cardiaca comparado con el de aquellos hombres que nunca o rara vez ingieren dichas bebidas. 42.000 hombres suecos rellenaron un formulario sobre su alimentación en 1998. Un estudio observacional se llevó a cabo a lo largo de 12 años con el objetivo de buscar alguna relación entre el consumo de bebidas azucaradas y el desarrollo de enfermedades cardiacas. En concreto, las bebidas llamadas “deportivas” no son tan saludables como uno puede pensar. Una botella de 500 ml contiene de media 17,5 g de azúcar. A los participantes se les preguntó también sobre los factores sobreañadidos como diabetes, hipertensión, antecedentes familiares y hábito tabáquico. Los efectos de estos factores extras fueron descartados en la medida de lo posible.

Ya se sabía que las bebidas azucaradas y otros productos dulces tenían una influencia negativa sobre nuestra salud. La relación entre desarrollar diabetes tipo 2 y el consumo de azúcar, por ejemplo, ya había sido señalado anteriormente. La prevención de enfermedades cardiacas podría ser más eficiente si conociéramos la relación exacta entre bebidas edulcoradas y problemas de corazón. Las bebidas azucaradas se consumen a grandes escalas, especialmente el sector joven de la población. Es importante crear conciencia de los riesgos de éstas para la salud entre los pacientes, sobretodo entre aquellos que tienen ya de por sí cierto riesgo de desarrollar dichas enfermedades.

El tamaño de la población incluida en el estudio y el tiempo de seguimiento del mismo hacen que éste sea fiable. Sin embargo, los investigadores reconocen ciertas limitaciones de sus conclusiones. En primer lugar, sólo formaron parte del estudio hombres, por lo cual no se puede concluir nada en relación a las mujeres. En segundo lugar, sólo la población sueca fue parte de la población del estudio, siendo su dieta distinta a aquella seguida por personas de otros países. Un tercer ejemplo sería que los cambios en los hábitos o la dieta durante el periodo de seguimiento no han sido tenidos en cuenta en el estudio.

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