Un amplio estudio con 130.000 personas descubrió que las grasas insaturada, tales como aceite de oliva, nueces y cereales integrales, disminuyen el riesgo de enfermedad cardiaca comparado con el riesgo asociado a las grasas saturadas. Los participantes rellenaron un cuestionario y han estado bajo seguimiento 30 años. El cuestionario se repetía cada cuatro años durante el periodo de seguimiento, de manera que los cambios en la dieta de los individuos fueran tenidos en cuenta. Los individuos con una enfermedad conocida, diabetes u otra forma de enfermedad cardiovascular al inicio del estudio fueron excluidos. Los sujetos que desarrollaron una de las formas mencionadas previamente durante el periodo de seguimiento no fueron excluidos. Las mujeres formaban parte del Estudio de salud de enfermería (Nurses’ Health Study). Los hombres formaban parte del Estudio de seguimiento de la salud de los profesionales (Health Professionals Follow-up Study).

Mucha gente cree que todas las grasas son iguales, pero realmente hay muchos tipos de grasas. Las grasas saturadas tienen una influencia negativa en nuestra salud, pero las grasas insaturadas son esenciales para una dieta saludable. Los hallazgos han sido publicados en la Revista del Colegio americano de cardiología (Journal of American College of Cardiology) y mostraron que el remplazo de solamente un 5% de las grasas saturadas de nuestra dieta disminuye el riesgo de enfermedad cardiaca hasta el 25%. Existen muchas alternativas a las grasas saturadas. Por ejemplo, la mantequilla podría ser reemplazada por aceite de oliva para hornear. Estos descubrimientos deben extenderse, especialmente entre los individuos que tengan un riesgo cardiaco aumentado, dado que remplazar las grasas saturadas con grasas insaturadas parece tener una gran influencia sobre la salud cardiaca.

Otros estudios llevados a cabo previamente establecen que una disminución de la ingesta diaria de grasas saturadas no reduciría el riesgo de enfermedad cardiaca. Esta afirmación resulta ser falsa. Esto se explica con el hecho de que la mayoría de la gente reemplaza el descenso de grasas saturadas por carbohidratos refinados como pan blanco, pasta y patatas para alcanzar la ingesta de calorías diarias necesarias. Estos carbohidratos están de igual manera relacionados con las enfermedades cardiacas. Por tanto, es esencial reemplazar las grasas no saludables por grasas saludables, en lugar de carbohidratos no saludables.

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