Por qué los Estudiantes de Enfermería Deberían Preocuparse sobre las Guías de Práctica Clínica

Nursing Clinical Practice guidelines

Un ciego no puede guiar a un ciego, ¿o sí? Lo mismo ocurre en el campo de la medicina. Uno necesita una instrucción clara de mentores con experiencia para ayudar a guiar a los profesionales con sus tareas. Las guías de práctica clínica (GPC) son exactamente esto. Son un conjunto de guías de “cómo hacer” desarrolladas sistemáticamente para servir como directriz para que las enfermeras u otros profesionales de la salud ejecuten adecuadamente las tareas clínicas.

¿Qué son exactamente las Guías de práctica clínica?

Las Guías de práctica clínica son recomendaciones escritas y revisadas para manejar ciertas enfermedades, manejar o tratar afecciones, o realizar ciertas tareas clínicas. Usualmente, las guías médicas son emitidas por autoridades médicas tales como organizaciones de especialidades médicas u organismos gubernamentales.

Estas pautas generalmente son decididas por un grupo de expertos en un determinado campo. Tal grupo, o panel, se compone de enfermeras, médicos, farmacéuticos, especialistas, y en ocasiones incluso pacientes. El proceso de creación de estas pautas implica revisar numerosos artículos y estudios de revistas. Después de una revisión exhaustiva, se crean pautas que luego se critican por revisión antes de que se publiquen oficialmente.

Si te has fijado, existen directrices para prácticamente todas las áreas de práctica, como la oftalmología, la neurología, etc. También existen pautas para controlar ciertas afecciones, como la hipertensión, la diabetes y el asma. Dicho esto, sea cual sea el campo de práctica o la especialización de enfermería en la que te encuentres, habrá numerosas pautas que debes analizar. Pero debido a que estas pautas están ahí para ayudar, entonces ¡quizás tener muchas de ellas es algo bueno después de todo!

Entonces, ¿Por qué son estas guías importantes?

  1. ¡Pueden ser una buena fuente de información! Pueden ayudar mucho en el estudio para las pruebas, conocer un tema determinado durante las rotaciones clínicas, ¡e incluso pueden ayudarte a sobresalir en clase!
  2. Dado que están bien criticadas y se basan en la última y mejor evidencia científica, ¡ofrecen la información más confiable que puedas encontrar! están más actualizadas que los libros y pueden ofrecer información más precisa sobre un tema determinado.
  3. Ahorran tiempo al evitar la búsqueda y revisión de miles de artículos de revistas.
  4. Las guías pueden servir como actualizaciones. ¡Esto no sirve sólo para estudiantes sino también para profesionales! La educación continua en diversos campos de la salud está impulsada principalmente por artículos científicos / académicos y guías de práctica clínica.
  5. ¡Se ha comprobado que las guías mejoran los resultados en los pacientes! Y esto no debería sorprender, ya que saber cómo enfrentar mejor una situación (gracias a estas pautas) puede ayudar enormemente a administrar el tratamiento a un paciente de manera más eficiente.
  6. ¡Pueden ayudar a evitar cometer errores y que sucedan escenarios de “prueba y error”! Estas pautas son como manuales de instrucciones, que indican qué hacer al manejar un caso determinado.
  7. No todos los que usan “la cofia” de enfermería son expertos. Uno debe acumular muchas experiencias, cometer varios errores, ejecutar cientos de pruebas y errores antes de que pueda ser considerado un experto. Las guías de práctica clínica están disponibles mientras un/a enfermero/a todavía está en su camino hacia el nivel de dominio.
  8. Adicionalmente, seguir las guías de práctica cuando se trata de un determinado caso puede salvarlo de demandas u otras acciones legales en caso de que sucediera lo peor.

En cualquier profesión médica, nadie puede permitirse el lujo de cometer errores. Las guías de práctica clínica no están destinadas a restringir, sino a alentar continuamente a adaptar la mejor manera de llevar a cabo las responsabilidades de enfermería.